El buen ciudadano

jueves, octubre 26, 2006

Viveza criolla

Es un estado de conciencia colectivo de los habitantes de un país, que invierten sus valores morales y convierten en un vivo al que engaña a otro, o saca rédito en detrimento de otra persona, negocio, etc. Otros pueden pensar que tal inversión no existe, y que en realidad lo que se enseñó -los valores- son increíblemente éstos: siempre que no sea contra uno mismo, alguien que se aprovecha de los demás con el propósito de obtener una ganancia, es una especie de héroe.
En general se tiene la impresión, incluso por su nombre, que este fenómeno es local y único, lo que en vez de espantar a los ciudadanos, los enorgullece, como lo haría un campeón mundial de automovilismo o una copa del mundo en fútbol. Es como si sólo la singularidad del hecho baste para elevarlo a orgullo. La frase "Dios es argentino" es esto mismo: tomar al único Dios (para la mayoría, en este país, hay sólo Un dios), hacerlo argentino y sentir orgullo.

La contradicción es que después nos quejamos cuando en otro lugar del mundo se habla mal de este pueblo.

Empecemos a concientizarnos de la real sustancia de la viveza criolla; más tarde, al condenarla, estaremos nuevamente en camino para ser mejores ciudadanos.

sábado, octubre 21, 2006

Tolerancia

Respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias. Eso lo dice el diccionario. Agrego: la base misma de la convivencia en sociedad. No podemos esperar que todas las personas piensen de la misma forma. Sería ridículo, aburrido y peligroso. La libertad sólo puede existir si cada persona evita juzgar negativamente todo lo que no está en correspondencia con sus propios pensamientos. Por una cuestión práctica: no sabemos qué piensa el que se comporta de una manera diferente. Y la posibilidad que ante los mismos pensamientos o problemas, nosotros mismos obremos de la misma forma, convierte en absurdo nuestro esfuerzo por vedar a los demás.

Algo frecuente es que al crecer, uno mismo olvida lo que pensó exactamente en años anteriores. Esto provoca frases como "la juventud está perdida" y "en mi época los jóvenes no éramos así". Si bien es cierto que algunas cosas cambian, muchas veces lo que cambia es el grado de tolerancia. Nos volvemos intolerantes, prejuiciosos y tercos. Cada uno va escribiendo su librito de lo que está bien y lo que está mal, y lo usa sin miramientos en todos los contextos de su vida. El librito siempre existe, pero en la juventud se escribe con lápiz, para poder borrar si hace falta.

Un buen ciudadano debe tolerar a los demás, y esperar por este hecho ser a su vez tolerado. La intolerancia provoca intolerancia, y es madre del odio, el racismo y la segregación. Evitar comentarios racistas y/o segregacionistas es lo que más al alcance tenemos para empezar a ser tolerantes. Después se puede seguir por escandalizarse menos por los aros y costumbres de los jóvenes, los derechos de los gays, la libertad de expresión de cualquiera que quiera expresarse. Siempre ayuda pensar que cada persona tiene en sí mismo lo mejor y lo peor que podría tener un ser humano. El hecho de observarlo en uno de esos momentos no define qué tipo de persona es, ni cómo actúa siempre. Si cruzó sin mirar la calle, probablemente tenga algún problema, no es simplemente un imbécil.

Usemos la tolerancia como aglutinante de nuestro razonamiento, para tratar al otro y para discutir con el otro. La tolerancia integra, construye y suma.

miércoles, octubre 18, 2006

En la calle

Cuando una persona de aquí viaja al exterior, uno de los comentarios más increíbles que suele hacer a su regreso, es qué bien maneja la gente y cómo se respetan las reglas de tránsito. Muchas veces las mismas personas tienen la oportunidad de usar autos en esos lugares, y lo hacen siguiendo las mismas reglas. Al llegar a su país, se suben al auto y olvidan todo: que tienen guiños, que la bocina no debería usarse, que la senda peatonal no es para estacionar autos esperando el cambio del semáforo, que los peatones son personas y por lo tanto más frágiles que sus paragolpes...

Las reglas son simples y no voy a enumerarlas a todas. Simplemente es importante saber que si cada persona comienza a manejar mejor, las cosas cambiarían radicalmente. Cómo se puede ayudar? Utilizando los carriles de las avenidas sin pisar las líneas; usando el guiño para cruzar de carril, pero sólo cuando la línea no es continua; cediendo el paso a los peatones, que podrían ser sus padres/hijos/abuelas y no estacionando en doble fila en cualquier lugar.

Pero no sólo los automovilistas pueden cambiar algo. Los peatones, al cruzar por las esquinas como es debido, también contribuyen a evitar accidentes. Parar taxis en cualquier sector de la calle (porque total paran donde sea) es otro problema que pueden solucionar. El ascenso y descenso de pasajeros deben realizarse en los primeros metros de cada cuadra.

Un buen ciudadano sabe que lo que hace por sí mismo tiene impacto en todos los demás; cambiando él cambia a todos. No importa si cientos de personas (o todo el resto) se comporta de una manera determinada. El cambiar de uno influye en cómo somos todos.

lunes, octubre 16, 2006

Acción y reacción

Como principio básico y para empezar, es necesario tener en cuenta que esta ley de Newton es, además, algo que está continuamente en juego, por ejemplo en la calle. La ley, básicamente, dice que al ejercer sobre otro cuerpo una fuerza, se recibe una nueva fuerza de la misma intensidad y con sentido opuesto. Es digno de ser visto cómo las personas actúan ante una sonrisa o un gesto amable por parte de otra. Caminando por la vereda, manejando un auto o haciendo una cola, intente mirar a los demás como si fueran conocidos queridos. Verá que es mucho más placentero darle el paso a un peatón y obtener una sonrisa que acelerar el auto para apurarlo o simplemente tocar la bocina o insultar. De hacer esto, simplemente logrará atraer hacia sí el mismo odio que usted pone en los demás.

Está claro entonces que una acción buena para con los demás vuelve de esa forma, y un accionar negativo sobre el otro perjudica a las dos partes. Un buen ciudadano hace sentir bien a los demás y con la misma acción, se siente mejor.

sábado, octubre 14, 2006

Inicio...

Ésta no es una idea estúpida.
Será un lugar donde algunas personas, podrán darse cuenta sobre algunas cosas y tal vez ponerlas en práctica. Intentará crear una conciencia colectiva, un pensar en el otro, el querer al otro. Sin religión ni psicoanálisis, ayudado por ejemplos de la vida cotidiana, fluirá entre los días esperando tocar alguna fibra sensible.

Algunas ideas parecen poco inteligentes o destinadas al fracaso, a otras ni siquiera hace falta escribirlas porque mueren al pensar en ellas. Ésta ya es, por ser lo que está aquí escrito. El tiempo, cuándo no, dirá si es en vano.